Continuamos nuestro viaje hacia el Sur, y despúes de pasar por Puerto Montt, Cruzamos a la isla de Chiloé, último reducto español en Chile. Nuestra primera parada es en Ancud, la ciudad más al norte de la isla, donde mas en casa nos sentimos, gracias a Mirta (más adelante tendreis el gusto de conocerla) y desde donde nos escapamos a recorrer el resto de Chiloé.
La primera escapada, (con mapa secreto), es a la península de Lacuy. Desde Quetalmahue, disfrutramos de una solitaria caminata hasta las playas salvajes Rosaura y Mar Brava. Lugares donde no ves a absolutamente ni una persona, vamos,un lugar para pensar. Solo nosotras y unas cuantas vacas disfrutando del paisaje.
Playa Rosaura
Si se taparon con esto Eva y Adán, no fué pecado seguro...
Playa Mar Brava, y damos fé de que era brava de verdad.
Con mucha suerte, ya que el clima estaba de nuestra parte, dimos un agradable paseo por el pueblo de Ancud, un lugar muy tranquilo, lleno de casas de madera de mil colores y con unas vistas, unas vez más, dignas de contemplar.
Fuerte de San Antonio, desde donde los Españoles perdimos ( aunque nunca fue nuestro) este último trozo de tierra chilena.
Y cómo no, lo que atrae a todo el mundo a visitar este lugar... PINGüINOS!!!!
Desde la playa de Puñihuil, navegamos para recorrer los islotes a donde llegan cada año durante el verano miles de pingüinos a la puesta de los huevos. Unico lugar donde conviven pingüinos Humboldt y Magallánicos, ya que es la confluencia de las dos corrientes marinas con ese nombre.
¡¡Que bonicos los pingüinicos!!
y...de repente dos pingüinas, ¡¡ Ay que bonicas!!
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh26inOkQN8D0VZ8raMCZPdvavRFa1xT_kidtBzDKqgYGVatya1egC25DYWZitDq8LmhRXH_prvjRp3RBea6_uqKGV5G8ZDRFBqqWvdDbHRItRIDq9875qarXCtZImEgIPEXL75gxQh6HAI/s320/Imagen+002.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh26inOkQN8D0VZ8raMCZPdvavRFa1xT_kidtBzDKqgYGVatya1egC25DYWZitDq8LmhRXH_prvjRp3RBea6_uqKGV5G8ZDRFBqqWvdDbHRItRIDq9875qarXCtZImEgIPEXL75gxQh6HAI/s320/Imagen+002.jpg)
Desde lo más alto, no hace falta decir lo impresionante que es el paisaje, nuestros pulmones respirando azul clarito.
No nos dejamos ni una parte de la isla por visitar, Dalcahue con su artesanía textil, con sus tejidos de lana increiblemente bonitos (vaya represion, no compramos nada ,era todo tan precioso que nos aturullamos).
Y Castro, la ciudad "más importante" pero no por ello la más bonita, al contrario, nos parecío un lugar de paso, pero hasta donde había que llegar para ver los Palafitos, curiosa y típica construcción encima del mar.
No podíamos marcharnos sin probar la comida más típica de Chiloé, el Curanto, una mezcla un tanto heavy de cerdo ahumado, pollo asado, longaniza, milkaos (una masa de patata), mejillones y almejas gigantes con bien de caldo concentrado que luego te has de beber, y después de esto, falleces.
Y que gente tan maravlllosa nos vamos encontrando en el camino, Rolando, Nico, Julio y Jessi, que pena despedirse, ¡¡ojalá nos volvamos a ver!!
Y de despedida os presentamos a Mirta, la anfitriona del hostal y la mujer más intensa que nadie pueda conocer en los días de su vida. Nos trató como a hijas y nos desveló los secretos para disfrutar al máximo de la isla. Si hay que hacer una recomendación, apuntad: Hospedaje Austral, en Ancud.
Nos contamos...